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Tarot Terapia: Los Enamorados

La tensión y la ambivalencia, el vicio y la virtud serían las características generales de esta lámina numerada con el SEIS y denominada LOS AMANTES.

En ella vemos a un hombre en medio de dos mujeres y en la parte superior una forma angélica.
La letra hebrea con la que se corresponde es ZAIN, que quiere decir espada. En el Árbol de la Vida se pasea por el sendero que va desde BINAR (entendimiento) hacia TIPRARET (corazón o sol). Se la denomina el entendimiento del corazón. Es el discernimiento de la inteligencia ante la necesidad de escoger entre el vicio y la virtud; desde hace años, en mis clases la he denominado una oportunidad para el discernimiento o conocimiento de uno mismo.
Todo proceso transformador puede ser temporal o duradero, espontáneo o, con la ayuda de un Maestro, liberador, interno o externo.
En esta lámina están los mitos y leyendas antiguas más bellas, sobre todo el cuento germánico de la Bella Durmiente, cuya princesa representa la psique humana, y la bruja malvada el proceso de condicionamiento, el castillo y los criados son la personalidad y conciencia corporal, y el príncipe es el YO REAL acompañado de las TRES GRACIAS fe, esperanza y caridad-, con cuyo contacto y beso nos despierta.
En la mitología nos encontramos el símil de esta lámina en la historia del príncipe Paris, al que Zeus encomendó arbitrar en un concurso de belleza, donde Hera, Afrodita y Atenea competían. Una le ofrecía el reino del mundo si era escogida; otra, ser un gran guerrero; pero Afrodita, destapándose, le ofreció el amor de la más hermosa mujer. Escogió a Afrodita, cuya recompensa fue darle a Elena, reina de Esparta, quien, pese a su condición de casada, se fugó con Paris. Hera y Atenea, soslayadas por el joven París, hicieron estallar la guerra de Troya, cumpliéndose el oráculo de Casandra, la primera vidente de la Antigüedad, quien había predicho que Paris sería la ruina para Troya.
París, a causa de su juventud y de sus deseos, no podía escoger desde una perspectiva madura. París, o el joven que está en la lámina número seis en medio de dos mujeres, se equivale con nuestra mente, asaeteada por las dos fuerzas que posee. Paris hizo su elección a través de su mundo de deseos, como lo haría cualquier niño o ser inmaduro, y así nos ocurre en la niñez y en la pubertad o adolescencia, claro que, tarde o temprano, tenemos que responsabilizarnos de nuestras decisiones; por ello, a esta lámina se le atribuye el axioma «amor responsable», y en ella está expuesto el problema del libre albedrío.
La consecuencia de nuestra constante elección es enorme ya que lo elegido puede condicionar toda nuestra vida.

APLICACIONES DE LOS AMANTES

En el plano mental, deberás usar esta lámina para evitar la depresión cuando tengas ante ti varias disyuntivas; por ello; esta lámina viene después del Pontífice, quién nos indicaba la obediencia al orden universal, para ver si pasamos su prueba, si la aprendimos y si seguimos las lecciones sobre la reflexión constante antes de actuar; por esta razón, es la más indicada a meditar ante la necesidad de escoger entre dos caminos posiblemente seductores.
Esta lámina, junto con el arcano catorce, llamado «La Templanza», dan excelentes resultados cuando hay asuntos difíciles de analizar; en ellas podemos lograr la posibilidad de conjugar razón e intuición en una alquimia perfecta.
Nos habla de la necesidad de oxígeno y de hidrógeno, cuya unión es el agua, y la figura central representaría el elemento proteico del carbono, semilla de toda vida orgánica.
Se dice que Dios creó a la mujer después de decir la frase: «No es bueno que el hombre esté solo.» Si comprendemos que Dios ES AMOR, Y que es bueno porque es perfecto y es perfecto porque ES, sabremos por qué no es bueno que el hombre esté solo. El amor verdadero es aquel que tiende a expandirse, ramificarse y diversificarse.
Esta lámina cuando aparece espontáneamente en nuestras meditaciones, indica frustración, ira y resentimientos personales que debemos transformar.
Meditar en ella nos ayuda a encontrar el camino medio, el neutro en el que se nos enseñe que no hemos de huir de lo que nos cause dolor, ni correr tras lo que nos produzca placer.
La sabiduría está en mantenerse entre uno y otro sin caer en ninguno. Con ella aprenderemos a desarrollar sabiamente nuestras facultades selectivas, cosa que conseguiremos si podemos meditar en esta carta y en cada una de sus figuras sin identificarnos con ninguna.
Ejemplo: la figura central «hombre» nos hablará de nuestra parte racional, sensata y activa. La mujer joven lo hará sobre nuestra parte sensible, receptiva; la mujer mayor será lo que tengamos que conocer y aceptar en nosotros aun cuando no nos guste.
En el plano físico es un excelente revitalizador: lo mismo que EL CARRO, y aporta al corazón la energía vital; enla zona media del cuerpo, los pulmones, hombros y extremidades superiores; nos puede ayudar en caso de mala circulación venosa en las piernas, en los edemas, en las hemorroides, o en los problemas que nos provoquen angustias existenciales. Úsala también en caso de anemias por mala asimilación o falta de hierro.
En la práctica, meditar en ella nos puede hacer conseguir mayor capacidad de discernimiento, poder dialogar con nuestros yoes de una forma desafectada. Su meditación nos otorga el sentido de la orientación, nos ayuda a dominarnos e incluso a alcanzar aquellos objetivos que nos parecían distantes; Los Amantes es una lámina muy útil en el caso de discrepancias con uno mismo.
Sería conveniente meditar en esta lámina, conjuntamente con la de «El Loco», para poder llevar más oxígeno a nuestra sangre, haciendo un tipo de respiración YIN al meditar, esto es, entrar el aire de forma lenta al inspirar e ir expulsándolo de forma rápida al espirar; hacer esto todos los días de nuestra vida hará que nuestra sangre sea cada vez más pura y la claridad desarrollará a nuestro Ángel o Alma primordial.

FÓRMULA MEDITATIVA CON LOS AMANTES

Una vez en tu espacio personal, ya duchado/a, encenderás varillas de rosa y vainilla, te
pondrás ropa cómoda, aunque en este caso lo mejor sería una túnica del color que más te guste; encenderás una vela roja y otra blanca y las pondrás muy juntas en un mismo recipiente; luego, pondrás el ARCANO número SEIS en medio de tu mesa, la estancia en esta ocasión te recomiendo esté en semipenumbra; siéntate en tu cojín, relájate y respira conscientemente.
Observa la lámina número SEIS durante unos instantes y después coge todo el resto de las láminas y ponlo delante de ti, depositando las palmas de tus manos encima; cerrando los ojos, irás colocando todos los ARCANOS MAYORES delante de ti con la grafía hacia abajo y los irás colocando en tres filas correlativas de siete láminas cada una.
Seguidamente, abres los ojos, las observas, preguntándote en tu interior qué es lo que te acontece, y seguro que habrá una o varias láminas que te llamen poderosamente la atención; bien, a ésas les das la vuelta y su significado podrá abrirte la puerta a lo desconocido de ti, o mediante la meditación en ellas podrás paliar seguramente el problema, pues si tu mente reparó en ellas quizá lo hizo a través de la energía de discernimiento que emanaba la carta número SEIS que ha permanecido colocada delante de ti en tu mesa.
La música para meditar en esta lámina puede ser la de la ópera Otelo de Verdi, o las Cabalgatas de las valquirias de Wagner.
Para salir de esta meditación respirarás rápido varias veces, para terminar inspirando lentamente y expulsando el aire también lentamente. Nunca salgas de manera brusca de ninguna meditación.
El color de su fondo es rojo claro, tirando a rosáceo, el color de la armonización de opuestos (o el color del Cristo cabalístico que tiene mi amigo Mario Satz y que nos enseñaba en sus clases, fotografía que cuando la contemplo me mueve al alma dormida, promoviendo su constante estado de despierta).
Si observas la lámina, el hombre (hemisferio izquierdo o racional) contempla a la mujer (hemisferio derecho, intuitivo y holístico), y ésta a su vez contempla al Ángel (Yo Superior).
A través de ejecutar el principio del libre albedrío, que es lo que representa sobre todo esta lámina, no sólo de un modo teórico, sino con la práctica del AQUÍ Y AHORA, pasaremos por un proceso transformativo que, como a la princesa del cuento de la Bella Durmiente, nos despierte del letargo en el que nos hemos sumido también por decisión propia.

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